Charlamos con Daniel Álvarez, de Editorial Hoja de Lata, sobre libros, edición, autores…
¿Quién está detrás de Hoja de lata?
La catalana Laura Sandoval y el asturiano Daniel Álvarez dan la turra a periodistas y libreros con sus libros de narrativa y no ficción desde hace siete años.
El subtítulo de la web reza: «Lecturas sugerentes para tiempos inciertos», ¿cuál es vuestra línea editorial? Dicho de otro modo, ¿qué libros publica y qué libros busca Hoja de Lata?
Me gustaría comentar en primer lugar que desde que comenzamos la incertidumbre de los tiempos ha cambiado sustancialmente. Allá por el 2013 la incertidumbre a la que hacíamos mención era, sobre todo, económica. La crisis financiera estaba en su pico y no las teníamos todas con nosotros precisamente. Hoy, a esa incertidumbre económica, que en absoluto nos parece que se haya disipado, se une la política, con un neofascismo rampante en demasiados países. Dicho esto, los títulos de Hoja de Lata buscan sorprender al público lector como seña de identidad. Servir de alimento para la neurona y aportar, además de un buen rato de entretenimiento de calidad, ideas sugerentes o planteamientos que lleven a una reflexión interior. Sin llegar al sesudo ensayo académico ni, muy a nuestro pesar, bildungsromans de 1500 páginas. No por falta de ganas, si no por imprescindible viabilidad financiera.
Habéis traído a España, por ejemplo, la excelente trilogía de los Chironi, del escritor italiano Marcello Fois, ¿tratáis de establecer una relación de confianza con vuestros autores?
Siempre hemos dicho que aspiramos a llegar a ser amigos de nuestros autores. Siete años después nos ha quedado claro que con algunos/as resultará imposible, pero cuando menos sí que hemos logrado en la mayoría de los casos una relación de cordialidad y de confianza profesional. No me refiero al caso de Marcello, con quien la sintonía personal y la confianza han sido absolutas desde el primer día. Presumimos de tomarnos cada uno de nuestros libros como una cuestión personal, tratando de mimar los detalles y la manera de presentarlo al público, y eso es algo que los autores aprecian.
¿Cuáles son esos títulos que os sentís orgullosos de haber publicado?
De todos nuestros libros nos sentimos orgullosos, incluso de aquellos que han tenido una acogida más fría por parte de los lectores y de la crítica. Por destacar alguno, además de todos los de Marcello Fois, que se ha convertido en uno de nuestros autores emblema, nos sentimos particularmente felices por la acogida que prensa y público otorgaron a una novela tan arriesgada como GB84, de David Peace, y de Tea Rooms, de Luisa Carnés, por todo el proceso colectivo de recupeación de esta autora invisible que ha acompañado a la publicación de la novela.
¿Os equivocáis mucho? Quiero decir, ¿pasa a menudo que publicáis un libro pensando que tendrá buenas ventas pero finalmente no las tiene? Y viceversa, un libro que pensábais modesto pero que se vende bien.
Tristemente, nos suele ocurrir más lo primero. Un título en el que tienes confianza por su calidad literaria y por lo sorprendente del planteamiento pasa sin pena ni gloria… En cambio, nuestras previsiones suelen ser bastante realistas en lo positivo y es raro el caso de un título que venda mucho más de lo que inicialmente habíamos previsto. Si te soy sincero, lo peor que te puede pasar como editor es que tu libro no provoque ni frío ni calor, que no despierte el interés ni de las librerías ni de los lectores ni de los periodistas culturales. Esa indiferencia, incomprensión a tu propuesta (traducida en pocas ventas), es verdaderamente desalentadora.
¿Cuál es vuestro top ventas? ¿Y ese libro que amáis pero que no ha tenido mucho éxito?
Nuestro pequeño gran éxito es Tea Rooms, de Luisa Carnés. Fue un libro en el que teníamos expectativas, pero el fenómeno de boca a boca primero y de grandes reseñas en prensa después nos ha maravillado. Aún sigue siendo uno de nuestros títulos más vendidos cada año. En el otro lado de la moneda, un título en el que yo particularmente tenía mucha confianza y que sin haber resultado un fiasco no ha tenido la repercusión mediática ni las ventas previstas ha sido El pájaro carpintero, de James McBride, una magistral y descacharrante comedia sobre la lucha contra la esclavitud en los Estados Unidos.
Tenéis un colección de libros en asturiano, ¿cómo veis la situación de la edición en asturiano y, por extensión, del idioma en sí?
Los sucesivos gobiernos asturianos han dejado morir el asturiano para evitar el riesgo de que un movimiento nacionalista creciera al calor de la reivindicación lingüística. El actual gobierno, sin embargo, parece que va a romper con esa mentalidad cosmopaleta, la cuestión es si llegamos a tiempo aún para recuperar y normalizar el asturiano como lengua. En lo editorial, existe un reducido mercado para la producción editorial en nuestra lengua que sobrevive a duras penas. Consecuencia del escaso interés que las élites contemporáneas asturianas han prestado a su propia cultura ha sido el relativo prestigio social que el asturiano como lengua ha tenido en nuestra sociedad, de modo que si las ventas son escasas y el prestigio exiguo, el ejercicio de escritura en asturiano se ha convertido en un verdadero acto de militancia y estoicismo. Por otro lado, quizá se podrían haber hecho las cosas de otra manera para tratar de revertir esas dos realidades (ventas y reconocimiento), de modo que convendría tratar de analizar la cuestión en detalle para poder corregir los errores y optimizar los recursos.
¿Qué libros de esa colección recomendáis?
¡TODOS! Apenas hemos publicado tres títulos ya que no teníamos previsto publicar en asturiano. Hay otras editoriales que lo hacen y considerábamos que no había hueco para nosotros. Pero nuestro traductor de italiano, Francisco Álvarez, ganó el principal premio de narrativa en asturiano y nos tiró impúdicamente la caña. Estrenamos la colección con su novela Lluvia d’agostu, una vibrante biografía novelada de Buenaventura Durruti, el icono anarquista, una novela que sale ahora traducida al alemán y de la que tenemos propuestas para traducirla a un buen puñado más de lenguas. Como la muda al sol d’una llagartesa es la primera y exitosa incursión en la narrativa de la gran poeta asturiana Berta Piñán. Un sorprendente noir que huye de la ruralidad arcádica para llevarnos a un ambiente sórdido y oscuro en el que quien más quien menos tiene algo que esconder.
Apenas tenéis autores españoles en vuestro catálogo, ¿creéis que los autores españoles no venden o que es más difícil, desde el punto de vista de una editorial independiente como la vuestra, que encuentren a sus lectores?
No tenemos apenas autores que escriban en español porque al ser Hoja de Lata una mínima estructura de dos personas no tenemos literalmente tiempo para valorar originales no solicitados. De modo que hemos optado por valorar títulos que ya tengan un recorrido exitoso en sus países de origen o que vengan recomendadísimos por agentes o editores amigos. No damos abasto en nuestras tareas diarias y tuvimos que sacrificar la lectura de textos de autores españoles desconocidos.
Hablemos del presente y el futuro, ¿cuáles son vuestras novedades? ¿Y esos libros que publicaréis en 2020 y en los que tenéis muchas esperanzas?
Tenemos mucha confianza en este 2020, creemos que vamos con un programa de publicaciones redondo. De entre los excelentes títulos que vamos a a sacar en este primer trimestre destacaría el que ya está en la calle, Los motivos de Aurora, del austriaco Erich Hackl, que nos acerca a la increíble historia de la joven criada que luchó para emancipar a las mujeres y que fue asesinada por su madre, la Trilogía de Candleford, un delicioso clásico de la Inglaterra rural a comienzos del siglo XX, firmado por Flora Thompson, y Amianto, una impactante historia de narrativa obrera contemporánea, escrita por el italiano Alberto Prunetti, a quien tendremos por España en abril si el coronavirus no acaba con la especie humana para entonces.
Comentarios sin respuestas