La carrera profesional de Dan Lyons se ve interrumpida bruscamente en el 2013, cuando Newsweek decide su despido, como parte de un plan de reducción de costes que consiste en reemplazar empleados veteranos y caros, por jóvenes sin experiencia, más baratos. Un modelo de adelgazamiento de estructuras de personal extendido a todo el sector. “Han decidido hacer algunos recortes. Van a eliminar tu puesto.” pasa a ser la fórmula en boca de los encargados de trasladar las malas noticias: los medios de comunicación ya no valoran las canas.
De repente, Lyons, cincuenta y dos años, casado, dos hijos pequeños, se convierte en una figura que había conocido en la portada de su propia revista: “The Beached White Male” (El macho blanco varado en la playa). Una nueva víctima de la evolución de la Web 2.0. “puede que no estuviera muerto, pero estaba claramente acabado.
El artículo describía a toda una generación de hombres que habían tenido mucho éxito y a los que habían despedido durante la recesión —o la <hombre-cesión>(mancession), como la apodaba la revista— y que ahora iban en albornoz, arrastrando los pies, aturdidos, castrados, psicológicamente destruidos, humillados ante sus esposas e hijos, pasando por la vida como zombis amputados. En la nueva economía, los cincuenta eran los nuevos sesenta y cinco.”
Hasta ese momento, Lyons había sido redactor especializado en tecnología en publicaciones tan prestigiosas como Forbes o la citada Newsweek. Había cubierto la primera burbuja punto com, así como el nacimiento de varios de los colosos de la web 2.0 que hoy conducen nuestra vida online. Había demostrado cierta gracia, incluso, en el arte de satirizarles. Suyo es el famoso blog “The Secret Diary of Steve Jobs”, que caricaturizaba la figura del visionario de Cupertino, y parte de los guiones de la serie “Sillicon Valley”.
Su vida va a cambiar, radicalmente, cuando Hubspot, otra start-up llamada a ser the next big thing, le contrate, nadie sabe para qué, y pase a contemplar la farsa desde el otro lado de la mesa.
Con su reinvención profesional, auténtico conflicto del libro, Lyons va a descubrir las consecuencias de la máxima de que “El trabajo no puede ser solo trabajo: el trabajo debe ser divertido.”, y con ello, su incapacidad para “encajar en la cultura de la empresa”, entender a una generación que menosprecia por viejo a un profesional de cuarenta años, a la que considera víctima de una nueva forma de servidumbre, que salta de empleo en empleo, de empresa en empresa, porque parece más interesada en trabajar en algo que sientan significativo, “tener una misión”, que en ganar un salario.
“—¿Sabéis? —les digo—. Sois la primera generación que está dispuesta a trabajar a cambio de caramelos gratis. Mi generación nunca habría caído en eso. Queríamos que nos pagaran con dinero de verdad.”
“Disrupción” pretende ser un recuento cáustico de su año y medio como HubSpotter, empleado de Hubspot, una empresa a la que sitúa en el modelo de “Crecer rápido, perder dinero, construir una hermandad estudiantil, salir a bolsa, hacerse rico.”
Durante casi trescientas cincuenta páginas repletas de anécdotas, algunas hilarantes, otras más bien tristes, Lyons nos muestra la vida en una ciénaga startapera. Un ecosistema inexplicablemente poco diverso, compuesto de brogrammers (bro + programmer) y demás especies autóctonas, donde predominan los jóvenes de los suburbios bostonianos, titulados universitarios, blancos, uniformados con gorras, pantalones cortos y chanclas, extremamente dotados para abrazar la nueva verdad revelada y el Hubspeak, la neolengua de una secta basada en el marketing orwelliano.
Alguien pensará que son muchas páginas para contar lo que nos cuenta Lyons, pero sospecho que a los integrantes de esa tribu de brogrammers y otros miembros de esa “Brotopia”, como la bautizó Emily Chang en un libro homónimo sobre el sector tecnológico, se les harán cortas, y disfrutarán de ver escarnecidas muchas de sus propias experiencias.
El lector se sentirá decepcionado si lo que busca en este libro es un informe imparcial sobre los mecanismos productivos de la nueva economía y su circo tecnológico. “La absolutamente alegre y formidable secta de la Startup” es el título de uno de sus capítulos. “La combinación de ideas fantasiosas, dinero fácil, inversores codiciosos y emprendedores sin ética es la receta perfecta del desastre”, una de sus máximas.
Dan Lyons no juega en la liga de los transcriptores fiables. El suyo es más un relato de parte: la suya. Alguien que sabe que la crítica y la sátira más mordaz deben empezar con uno mismo, y no tiene miedo a confesar que “Me siento ridículo. Es obvio que yo no debería estar aquí.”
“Disrupción” nos brinda una visión nada amable de un modelo empresarial basado en el continuo crecimiento, “una start-up que deja de crecer es como un tiburón que deja de nadar: un muerto en el agua”, que Lyons solo percibe como una máquina de fabricar spam y hype; que se nutre de mano de obra barata, sacralizar a la juventud, adorar al líder y especular como si no hubiera un mañana.
Como no podía ser de otra manera, Lyons acaba fuera de la empresa. Dimite, tras meses de auténtico acoso, que no concluyen al abandonar la firma. De hecho, tres altos cargos de la misma serán sancionados por actividades no especificadas, que Lyons sospecha que tendrían como finalidad espiar a su familia, y robar el manuscrito de este libro.
Al final, inevitablemente, el autor se pregunta dónde queda el lema de la empresa: HEART (CORAZÓN), un acrónimo que viene a significar “humilde, efectivo, adaptable, extraordinario y transparente”. Se vuelve a confirmar que la incomprensión inicial permanece con su despedida: ni Lyons consigue discernir nada positivo en la industria en la que ha caído, ni los integrantes de la misma han entendido jamás qué hacía él ahí.
Como en “A Hologram for the King”, de Dave Eggers, una novela que marida con este ensayo, “Disrupción” se sirve de la ironía para obligarnos a mirar a los ojos de la contrariedad que nos acecha. En Hungría se suele decir que detrás de cada broma, se esconde una realidad. La sátira que nos plantea Lyons nos muestra verdades que no podemos seguir negándonos: algunos modelos productivos restan más que suman al bienestar de la sociedad, en su conjunto, pero también al de sus propios trabajadores y accionistas.
“Cuando los patos graznan, dales de comer” (*)
(*) Viejo dicho de Wall Street
Ficha técnica:
Título: Disrupción. Mi desventura en la burbuja de las startups
Autor: Dan Lyons
Editorial: Capitán Swing Libros
PVP: 20 € Formato: 14 x 20 cm, 344 páginas
Fecha de publicación: 1 de noviembre de 2021
ISBN: 978-84-123903-1-5
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