H&O Editores. 226 páginas. Primera edición de 1991, ésta es de 2022
Traducción de Rafael Heredero de Pedro
Desde ya unos cuantos años, venía oyendo hablar a algunos escritores españoles del norteamericano William T. Vollmann (Los Angeles, 1959), como de uno de los más relevantes escritores norteamericanos actuales. Me sonaban sobre todo la novela Europa Central, publicada en Random House (libro que en 2005 ganó el Nacional Book Award), y otras que han ido apareciendo en la editorial Pálido Fuego, como La familia real. Eran novelas de un gran número de páginas. Cuando vi que la editorial catalana Hurtado y Ortega publicaban Putas para Gloria (1991), y que era ésta una novela significativa, dentro de la obra de Vollmann, pero más corta que las anteriores, me apeteció pedírsela para poder leerla y escribir una reseña sobre ella. De esta forma, quizás me animase a leer sus libros más largos. Putas para Gloria estuvo publicada en España por la interesante editorial El Aleph, pero ahora mismo, cuando H&O la han vuelto a poner en circulación, estaba descatalogada.
En la primera página, el narrador del libro nos informa de que «todas las historias de putas aquí contadas son reales». Al final del libro hay un anexo titulado Perfil de la prostituta callejera del Tenderloin, en el que el lector podrá acceder a un cuestionario, donde el autor (suponemos) ha entrevistado a prostitutas reales del Tenderloin, el barrio de San Francisco que va a ser el escenario principal de Putas para Gloria. Al final también se sitúa una lista de los precios, por diferentes servicios de prostitución, entre los años 1985 y 1988.
En la novela no se da una fecha clara en la que se sitúa la acción, pero los precios que se manejan en ella, en torno a la prostitución son un poco inferiores a los de la lista suministrada, en la calle no parece haber demasiado miedo al contagio del SIDA, y además se dice que la pareja de una prostituta va a salir de la cárcel en 1992, un tiempo que parece algo lejano en la ficción de este libro, así que he considerado que la novela debe estar ambientada sobre 1985. La ciudad sí que claramente es San Francisco, y el lugar principal por el que deambulan los personajes es el barrio de Tenderloin, lleno de prostitutas, chulos, tirados y traficantes de droga.
El personaje principal de la novela es Jimmy, un hombre de edad indefinida, pero más viejo que joven, que fue soldado en Vietnam en 1968. En el tiempo narrativo de la novela vive en una pensión del Tenderloin y recibe un cheque del gobierno, que el lector entiende que es una pensión por haber sido soldado. No llegaremos a saber si es un herido de guerra o tiene diagnosticada alguna secuela psíquica. Con el dinero del gobierno, además de pagar la pensión, Jimmy principalmente se dedica a emborracharse y a mantener relaciones sexuales con prostitutas.
Tanto en el primer capítulo, como en el último, el narrador le mostrará al lector a Jimmy a través de una mirada externa, y en el resto de capítulos, su mirada se centrará sobre Jimmy, aunque también es cierto que, en algunas páginas, el narrador describe algunas vivencias de las personas que se relacionan con él. «A Jimmy siempre le habían gustado las putas», leemos en la página 20.
En gran medida, pero de forma superficial, lo que el lector se va a encontrar en esta novela son páginas y páginas en las que Jimmy se emborracha y busca prostitutas. En este sentido, Putas para Gloria nos puede recordar a la propuesta de escritores como Charles Bukowski y la tendencia del «realismo sucio» norteamericano. Y este no sería, por tanto, un libro acto para lectores excesivamente sensibles. Ni siquiera en las escenas de sexo podemos hablar de que Vollmann busque el erotismo, sino que lo que busca parece ser el feísmo y la depravación. Sin embargo, la prosa que usa Vollmann para describir este feísmo y esta depravación acaba siendo poética. «Se llamaba Nicole y parecía más que jovencita, puede que unos veinticinco, larguirucha, pero no angulosa y dura como un trozo de cristal roto, solo gastada como una goma de borrar sucia.» (pág. 24)
También Jimmy se relaciona con Código Seis, antiguo compañero en la guerra de Vietnam, que después de haber tenido una casa y una mujer, ahora vive en la calle como un mendigo. Prostitutas blancas y negras, chulos, travestis, transexuales, traficantes de drogas, mendigos… este es el mundo de Putas para Gloria.
En algún momento del libro, el lector se puede sentir abrumado por la descripción de cómo se repiten los días de Jimmy, entre el alcohol y las prostitutas, pero realmente sí que existe una evolución narrativa en la novela. Pronto sabremos que Jimmy está buscando a Gloria, que es una prostituta con la que el lector pensará que se ha relacionado en el pasado y que, en el tiempo de la novela, ha abandonado el Tenderloin. Pero en realidad Gloria es una prostituta idealizada, y posiblemente en el ideal de Jimmy ni siquiera sea una prostituta, sino que Gloria simboliza el deseo de Jimmy de encontrar una pareja y sentirse comprendido y amado.
«Está bien dijo todas esas putas de ahí fuera son para mí pero cada una de ellas tiene algo que darle a Gloria también si puedo descubrir lo que es y ayudar a Gloria como una salpicadura de luz en el océano cuando todo se mueve y se balancea y brilla en el sol que Dios me ayude ahora porque Gloria es el gigantesco mar en el que nadan todas esas putas marinas; que dios me ayude a dejar de comer para que así pueda gastarme más dinero de mi subsidio en putas y encontrar lo que necesito encontrar y dios permita a Gloria acercarse a mí porque de lo que estoy seguro es de que no quiero morir solo.» (Pág. 32). En párrafos como este que he seleccionado, podemos ver que el narrador acaba cediendo su voz narrativa a algunos de sus personajes y estos suelen tener unos pensamientos cercanos al delirio. A veces Jimmy no paga a las prostitutas por sexo, sino por que le cuentes sus historias, que en su mente pasarán a formar parte del pasado de Gloria. Jimmy, en realidad, parece alguien a punto de sufrir un colapso mental, posiblemente un brote de esquizofrenia.
Sin que resulte nada obvio, he tenido la sensación de que Vollman acaba transformando la búsqueda de Gloria por parte de Jimmy en una búsqueda religiosa. En la página 72 leemos: «Siempre que Jimmy necesitaba el olor de una mujer o el peso suave del abrazo de una mujer, ¡por qué no!, tenía a las putas que eran ellas mismas por Gloria, que formaba parte de todas ellas y vivía en todas ellas como una diosa celeste atracándose del humo del sacrificio.» Gloria, el nombre de la mujer idealiza por Jimmy, no parece casual. Entre las personas más derruidas de la sociedad, Jimmy, profundamente desesperado, busca «la gloria» o «el amor de Dios», que representa para él una especie de redención.
Como se ha podido observar en algunos de los párrafos que he seleccionado aquí, Vollmann prescinde, en gran medida, de las comas y los puntos al escribir; sobre todo cuando se está acercando al flujo de conciencia de sus personajes. Putas para Gloria es una narración dura, que ahonda en terrenos oscuros, pero cuya búsqueda bíblica, dentro de todo su feísmo poético, consigue emocionar al lector.
Putas para Gloria ha sido un buen comienzo con Vollmann, un autor del que David Foster Wallace decía que era una de las voces más singulares de su generación. Ahora me queda acercarme a sus extensas novelas.
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