La última novela del escritor asturiano Ricardo Menéndez Salmón indaga en el vacío existencial del hombre moderno.
¿Qué sentido tiene la existencia en nuestro tiempo? ¿Cuál es la diferencia entre el bien y el mal y, aún más, dónde se sitúa esa línea divisoria? ¿Cuál es el lugar del arte en esta disyuntiva?
Estas y otras preguntas se plantea el autor en Homo Lubitz, visión en cierto modo apocalíptica del ser humano que, a pesar de todo, no deja de esconder en su interior la semilla de algo mejor, una extraña, y muy filosófica, forma de esperanza.
Porque, como ya nos tiene acostumbrados Menéndez Salmón, en su narrativa encontramos grandes cuestiones existenciales, cuadros abstractos que requieren del pensamiento del lector, de su participación activa, para ser desentrañados. Es el lector quien, si así lo desea, construye el sentido de la obra.
Tras irrumpir en 2007 en el panorama literario español con La ofensa, se consolidó como uno de los escritores más respetados con Derrumbe y El corrector, con las que concluía la llamada «trilogía del mal.»
Dentro de su obra, Homo Lubitz corresponde a una profundización de los temas que ha tratado desde sus inicios: el mal, el lugar y sentido de la existencia, el arte… Aunque, a su vez, esta obra constituya también un primer paso hacia una zona nueva, desconocida para Salmón, donde pueda continuar sorprendiéndonos con su elaborada prosa y su narrativa altamente filosófica.
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