Esos poemas pertenecen a lo que yo llamo «trilogía de la crisis». Los dos primeros libros («Acto de Clausura», «El final del banquete») ya han sido publicados. El tercero («Mausolo») saldrá, si los dioses son propicios (en poesía nunca se sabe), el año que viene. Empecé a escribir «Acto de Clausura» porque en el año 2009 me quedé en el paro. Y, como todo el mundo sabe, el 2009 no era un buen año para quedarse en el paro. Con «Mausolo» se cerrará la trilogía y una etapa de mi vida. ¿Qué vendrá después? ¿Cómo serán mis nuevos poemas? ¿Dejaré de escribir poesía? No tengo ni idea. Lo único que sé es que los poemas son almas en pena, almas de condenados sin infierno ni purgatorio, y que la obligación de todo buen escritor es, como mínimo, darles un buen entierro.
BARRIO VIEJO
Nos dijeron que no era nueva,
que no era para nosotros,
que la ciudad ya existía desde mucho antes.
Mentían.
La ciudad era nueva.
La ciudad era nuestra.
Fabuloso escenario
de un amor no declarado.
Una palabra de más
podía romperlo todo.
POEMILLA DE LA ESTACIÓN DE DELICIAS
Viejos amigos de Zaragoza,
he pasado por vuestra ciudad y no os he buscado.
Tengo vuestros teléfonos y direcciones pero no los usaré.
No dejaré ningún aviso. No dejaré ningún mensaje.
No preguntaré a los vecinos. No me sentaré
en un bar
para examinar vuestras nuevas vidas en vuestras nuevas casas.
Viejos amigos de Zaragoza,
he pasado por vuestra ciudad como un ladrón, como un espía,
como un fugitivo.
Llegué con la niebla y me voy con el rocío.
Los jardines, las rotondas, los hoscos semáforos
no darán la voz de alarma.
Viejos amigos de Zaragoza, no tenéis nada que temer.
El pasado ya sólo es peligroso
en mis recuerdos.
NUEVO ORDEN MUNDIAL
(POEMA SIN POETINA)
Las navidades han pasado rápido y despacio.
Hace frío y calor.
Te quiero y te odio.
Te busco y te rechazo.
Somos ricos y pobres.
Contentos y tristes.
La casa es grande y pequeña. O:
The house is big and small.
El dinero es todo y nada.
All and nothing.
En en nuevo orden mundial
seré cruel y cariñoso.
Cumpliré mi destino y mi azar.
Sólo hay una certeza: No habrá más poesía.
Por eso este poema sin poetina.
Poema final del placer y dolor.
Qué estupendo todo y qué desastre.
Y AHORA
(TIEMPO MUERTO)
Y ahora soy John Lennon con una herida de bala,
recordando la carrera que echó con su amigo Paul
en aquella empinada calle de las afueras de Lieja
muchos años antes de que todo empezara a terminar.
Y ahora soy Mike Scott
borracho en un salón vacío,
soñando con montar un grupo de música,
buscando un nombre para su grupo que aún no existe.
Mike Scott con una rota guitarra en la mano.
Mike Scott adolescente, vomitando lucidez y soledad.
Y ahora soy Blas de Otero, con una bala en la mano
y un fusil sobre la mesa, sin poder imaginar
que mis libros aún no escritos
apuntalarán el corazón
de un buen puñado de jóvenes perdidos
en la generación de las esperanzas perdidas,
esa generación a la que pertenezco,
a la que nunca quise pertenecer,
a la que siempre perteneceré.
Y ahora soy Pavese,
Pavese en el Bello Verano,
Pavese en silencio.
Pavese gritando con la garganta cerrada.
Y soy Ian El Dulce y soy Ian El Amargo.
Y Janis, Janis y su rayo vengador,
Janis y su azote de cobardes,
Janis y su sombra sin sombra.
¿Qué ha hecho el tiempo conmigo?
Escribí después de lo de Soria,
sabiendo bien qué esa no era la curva,
que ese no era el bis, el bis que se repite
al final de cada concierto.
¿Qué ha hecho el tiempo contigo?
Tenías veinte años, chaval, ¡veinte años!
A los veinte años uno puede morir dos veces
en un mismo verano, y subirse a un coche y caer a la cuneta
y levantarse por culpa de un mal beso repentino.
Y ahora ya no sé quién soy, ahora soy una canción robada,
un papel arrancado, un pedazo de tela
de un disfraz que se usó en una fiesta
de esas que se hacían antes de la guerra.
Pero aún hay música. Aún hay un disco
dando vueltas en algún tocadiscos.
Y Paul ve correr a John y se detiene
sin aliento. Y Mike Scott ya tiene su grupo.
Y Blas de Otero no recita más poemas
porque la poesía ya no quiere viajar en tercera.
Y Ian y Janis se quieren besar
pero hay demasiados fotógrafos apuntando.
Y Pavese tuvo su verano, su verano de sueño fugaz de siesta de verano.
¿Qué ha hecho el tiempo contigo?
¡Serás capullo!
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